INSTITUTO DE ASTRONOMÍA Y FÍSICA DEL ESPACIO

Medio interestelar y evolución estelar

En el IAFE estudiamos diferentes aspectos vinculados al medio interestelar. El medio interestelar es el medio en el cual las estrellas de una galaxia se encuentran inmersas. Está compuesto por una mezcla de gas (~99%), polvo (~1%), rayos cósmicos y campos magnéticos. El elemento más abundante es el hidrógeno, y se lo encuentra tanto en forma ionizada como neutra (atómica o molecular). En comparación con las densidades a las que estamos acostumbrados en la Tierra, el medio interestelar es extremadamente poco denso, con una densidad promedio de un átomo por centímetro cúbico. 

 

La mayor parte del espacio interestelar está ocupada por un medio difuso de muy baja densidad. Sin embargo, en él también se encuentran grandes estructuras gaseosas en forma de filamentos y cáscaras, en donde la materia más densa se concentra y se fragmenta en sub-estructuras jerárquicamente organizadas por tamaños. Es en los fragmentos más pequeños en donde pueden nacer nuevas estrellas, las cuales a lo largo de sus vidas, a través de sus vientos y radiación ultravioleta, ionizan, fotodisocian y le dan una nueva forma al medio que las rodea, generando eventualmente nuevas cáscaras y filamentos. 

 

Las estrellas masivas y ciertas enanas blancas en sistemas binarios, por su parte, concluyen su ciclo evolutivo en una explosión cataclísmica conocida como supernova. Durante varias decenas de miles de años, los remanentes de estas explosiones estelares continúan alterando de forma drástica e irreversible la química y la física del medio interestelar. Debido a la gran cantidad de energía liberada, estos objetos son considerados una de las principales fuentes de rayos cósmicos. 

 

En resumen, el medio interestelar desempeña un papel fundamental en la formación de las estrellas y, a su vez,  es influenciado por ellas durante todo su ciclo evolutivo. Las estrellas, especialmente cuando culminan como supernovas, son el principal mecanismo mediante el cual los núcleos atómicos creados durante el ciclo estelar son diseminados por toda la galaxia, transportando elementos cruciales para la formación de nuevas estrellas y, por qué no, posiblemente contribuyendo a la aparición de la vida. Este es un ciclo continuo y fascinante de interacción y transformación en el vasto escenario del cosmos.